El primer accidente aéreo, recordando la Tragedia del DC-3 en el Páramo de las 7 Lagunas

December 19, 2023 by
José Herrera
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En cualquier rincón del planeta, la tragedia puede teñir la realidad, recordándonos la fragilidad de la vida. Hace más de setenta años, el pacífico páramo donde Concio Rivas vivía se convirtió en el escenario de una tragedia que conmocionó a toda la sociedad venezolana.

El 15 de diciembre de 1950, tres meses después del estremecedor evento telúrico en  La Puerta, un estruendoso ruido anunció la caída del DC-3, siglas YVC-AVU, de Avensa. La aeronave, destinada a la ruta Mérida-Maiquetía, se estrelló en el cerro La Palma, a 2,800 m.s.n.m, en el mismo páramo de Las 7 Lagunas, cobrándose la vida de las 31 personas a bordo sin dejar sobrevivientes.

La noticia desató un caos en La Puerta, la población más cercana. La confusión y la consternación se apoderaron de las personas, mientras los familiares, deudos y curas del Colegio San José se movilizaban en busca de respuestas. El Padre José María Vélaz, fundador de Fe y Alegría, se unió a la búsqueda, agradeciendo personalmente a Concio Rivas por su colaboración en medio de la tragedia.


 


                                                 Capilla conmemorativa al accidente de 1950


Entre las víctimas se encontraban los 3 tripulantes, un estudiante universitario y 27 estudiantes de bachillerato del Colegio San José de Mérida. El capitán Powers, uno de los más diestros profesionales de la aviación, y el copiloto Roberto Suprani lideraban el vuelo que, tras despegar del aeropuerto Alberto Adriani, se estrelló contra el cerro La Palma debido a una espesa nubosidad.

Un campesino de Montecarmelo alertó a las autoridades, desencadenando una operación de rescate liderada por la Guardia Nacional. Concio Rivas, experimentado baqueano de la zona, se convirtió en pieza clave para el traslado de los cadáveres, colaborando con sus bestias en la tarea difícil y dolorosa.

Desde Valera, los cuerpos fueron llevados a Caracas el 19 de diciembre para su sepultura. Al año siguiente, familiares, curas y estudiantes levantaron una cruz de madera en el lugar del siniestro, posteriormente sustituida por una de aluminio. Hoy, una hermosa ermita se erige como testigo silente, recibiendo a familiares, amigos y comunidad cada año para recordar y rezar por las víctimas de esa fatídica tarde en el Páramo de las 7 Lagunas, en lo que se conoce entre los pilotos de aviación de Venezuela como "La Guillotina de Los Andes".

Sea este un pequeño homenaje al haberse cumplido 73 años de este trágico accidente.



José Herrera December 19, 2023
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